Corea de Norte anunció este sábado que ha entrado en "estado de guerra", ha amenazado con atacar a Corea del Sur y las bases militares estadounidenses.
El anuncio representa una escalada de la retórica bélica del
país, que ha aumentado considerablemente en esta última semana.
Corea del Norte ha amenazado con atacar a Corea del Sur y
las bases militares estadounidenses desde que comenzaron los ejercicios
militares de ambos países en febrero de este año.
Sin embargo, muy pocos piensan que el norte se arriesgaría a
una guerra a gran escala.
Las dos Coreas han estado técnicamente en guerra desde que
terminó el conflicto armado entre ellos en 1953, con un armisticio que nunca se
convirtió en un tratado de paz.
El pasado 12 de febrero Corea del Norte llevó a cabo su
tercera prueba nuclear, que provocó la imposición de nuevas sanciones.
Muchos analistas creen que una guerra con Corea del Sur y su
aliado Estados Unidos sería suicida para Pyongyang, según lo explicó la
corresponsal de la BBC en Seúl, Lucy Williamson.
Pero si ambas partes continúan con las amenazas, existe la
posibilidad de que aumenten los "incidentes menores", agrega la
periodista.
Kim Jung-un dijo el viernes que había llegado el momento "de ajustar cuentas con los imperialistas estadounidenses |
Amenazas
"Desde ahora, las relaciones norte-sur entrarán en
estado de guerra y los asuntos que surjan entre el norte y el sur serán
tratados de acuerdo con ello", se lee en el comunicado dado a conocer este
sábado, en donde también se prometen "acciones físicas severas"
contra "cualquier acto provocativo".
"La situación de larga data de la península de Corea,
que no ha estado en paz pero tampoco en guerra, ha terminado".
Caitlin Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional
en Washington, dijo que EE.UU. había "visto los reportes del nuevo, y poco
constructivo, comunicado de Corea del Norte".
"Nos tomamos en serio estas amenazas y nos mantenemos
en estrecho contacto con nuestros aliados de Corea del Sur", dijo.
Las múltiples amenazas que Corea del Norte ha realizado a
EE.UU. y Corea del Sur en las últimas semanas incluyen la alerta de un
"ataque preventivo nuclear" en EE.UU. y la ruptura del armisticio de
la Guerra de Corea.
El jueves pasado, Corea del Norte amenazó con tener misiles
en stand by para atacar las bases militares de EE.UU. en el Pacífico "en
cualquier momento".
El líder Kim Jong-un fue citado por la prensa estatal
norcoreana diciendo que había "llegado el momento de ajustar cuentas con
los imperialistas estadounidenses".
Según él, la situación ha entrado una "fase
imprudente", que representa un "ultimátum para que se desate una
guerra nuclear en la península de Corea, a cualquier costo".
Tanto el territorio continental estadounidense como sus
bases en Hawai, Guam y Corea del Sur han sido mencionados como potenciales
objetivos.
Se cree que los misiles más avanzados que Corea del Norte
posee son capaces de llegar a Alaska, pero no al resto de EE.UU.
Aumento de la actividad militar
Los medios estatales de Corea del Norte mostraron este
viernes a miles de soldados y estudiantes en una manifestación masiva en apoyo
a Pyongyang, tras el anuncio de Kim Jong-un.
Más temprano, Rusia advirtió que las tensiones entre Corea
del Norte y Estados Unidos podían salirse de control.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo que a su país le
inquieta que "la situación se convierta en un círculo vicioso".
"Nos preocupa además que la acción unilateral que se
está adoptando en toda Corea del Norte sea aumentar la actividad militar",
añadió.
Por su parte, Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, dijo
que la retórica bélica sólo profundizaba el aislamiento de Corea del Norte.
Mientras que China, el mayor socio comercial de Corea del
Norte, ha reiterado su llamado a que se alivien las tensiones.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino,
Hong Lei, dijo en su conferencia de prensa diaria que se deben realizar
"esfuerzos conjuntos" para dar un vuelco a esta "tensa
situación". El martes pasado ya había realizado unas declaraciones
similares.
Militares estadounidenses dijeron en un comunicado que se
dio a conocer también el viernes que los bombarderos invisibles B-2 que volaron
el miércoles sobre Corea del Sur demostraron la capacidad de EE.UU. para
"proporcionar una disuasión ampliada" a sus aliados y de llevar a
cabo "ataques precisos, de largo alcance, con la rapidez que deseen".